Bhimphedi, además de ser el pueblecito entre montañas que acoge la casa de Balmandir, también tiene una prisión “de
alta seguridad”. En ella están internados cerca de 400 convictos
cumpliendo condenas por delitos de diversa índole: robos, tráfico
de drogas...
Preparados en cinco minutos
El Màgic Andreu y Dani habían estado
comentando la posibilidad de realizar una actuación allá, pero no
habíamos concretado nada. De repente, entró Dani en la habitación:
-dentro de una hora tenéis una actuación en la cárcel-. En
cinco minutos, el Mágic Andreu, Rupak y yo estábamos listos, el
primero con su espectáculo en la mochila, el segundo con el equipo
de sonido y yo con mi cámara.
Cogí la compacta con la esperanza de
que pasara desapercibida a los ojos de los vigilantes, pero fue en
vano. Cámaras, móviles, bolsas... Todo lo que no era imprescindible
para la actuación se quedó fuera.
Tensión
Una vez dentro nos sorprendió ver que
nos rodeaban los presos con total naturalidad. Nosotros no sabíamos
cuáles de ellos eran policías de paisano y cuáles eran internos,
pero empezamos a preparar las cosas con cierta tensión. A mí no me
hacía gracia tener gente detrás que no sé quiénes son. ¿Y si a
alguno se le ocurría escapar poniéndome un cuchillo en la garganta?
En fin... como no podía hacer fotos
ayudé a entrar el equipo, montar la mesa y custodiar la mochila del
Màgic Andreu con todas sus cosas.
Otro éxito
El material que se había traído el
Màgic Andreu consistía en un espectáculo pensado principalmente
para niños. No obstante, enseguida vimos que los presos se lo
estaban pasando en grande.
Una cualidad del Màgic Andreu es su
capacidad para improvisar chistes sacando partido a cualquier
situación, por lo que las magias venían acompañadas de momentos
hilarantes. ¿Os imagináis al Màgic Andreu entregándole a un preso
el bolígrafo que acaba de birlarle ante sus propias narices? Pues
eso es exactamente lo que hizo.
De tú a tú
El propio Màgic Andreu me confesó
haber llegado al centro un tanto nervioso, pero como ha actuado un
montón de veces en cárceles españolas ya tenía experiencia.
-Nunca le preguntes a un preso qué ha
hecho, sino de qué se le acusa- me dijo.
El caso es que la actuación le realizó
con la misma calidez y picardía que con los niños, y en un momento
dado llegó a “echar fuera de la clase” a un voluntario que había
salido a colaborar en una magia.
Out!- le dijo señalando el exterior.
Para añadir- Well, out no, my friend, you can't leave the prison-.
La carcajada fue de las más sonadas del día. ¡Yo nunca tendría
valor para hacer una broma así a un interno!
Sin fotos
¿Queréis saber qué cara hacían los
presos durante la actuación? Pues como no nos dejaron hacer fotos
tendremos que explicarlo.
Nada más fácil: hacían la misma cara
que tantos y tantos niños que hemos visto estos días.
Es una sensación muy extraña que unas
personas que al principio te infundían cierto temor las acabes
viendo como niños ilusionados, niños riendo, niños traviesos,
niños queriendo saber el truco. Piensas entonces en los motivos que
los han llevado a aquella cárcel, en las condiciones de vida que que
tienen allí, y en cómo será su vida cuando nos vayamos. Ojalá
tengan oportunidad de rehacer sus vidas.
Ovación
La actuación acabó con un sentido
agradecimiento por parte de los presos. Fue tan emocionante que el
Màgic Andreu les prometió que volvería. No sé, como es mago...
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